martes, 31 de agosto de 2010

Kafka en la Orilla

Estoy escuchando la Sonata para piano en Re Mayor de Schubert. Nada me produce mas placer que escuchar a Schubert y en especial esta Sonata.
Por increible que parezca, esta obra me había pasado desapercibida por muchos años. La redescubrí cuando leí Kafka en la Orilla de Haruki Murakami.
En un pasaje memorable de esta novela, Oshima, uno de los protagonistas, pone un CD con esta Sonata a todo volumen mientras conduce a gran velocidad su auto deportivo.
Va con él Kafka Tamura, un chico de sólo 15 años de edad. Y Oshima empieza a explicarle con todo detalle las particularidades de esta obra. Dice, citando a Robert Schumann, que "esta pieza es demasiado pastoral, excesivamente larga, posee una técnica demasiado simple".
Mas adelante comenta que "al escuchar la Sonata en Re Mayor puedo percibir en ella las limitaciones de la vida humana. Puedo descubrir que cierto tipo de perfección sólo puede conseguirse a través de una imperfección sin límites".
Hace largas disquisiciones sobre lo difícil que es para los pianistas lograr una perfecta interpretacion y concluye que no hay ninguna grabación que se aproxime al espíritu de Schubert.
Quedé intrigado después de leer la larga explicación de Oshima. No recordaba siquiera que tenía dos muy buenas versiones: la de Andras Schiff y la de Sviatoslav Richter. Posteriormente compré la de Alfred Brendel que es una de las versiones que recomienda Murakami.
Y tiene razón: las tres son diferentes. Dice Murakami que algunos pianistas remarcan la articulación; otros añaden rubato, o aceleran el ritmo, o añaden modulación. No lo sé. Pero si que las tres son diferentes.
De lo que si estoy seguro es que la Sonata es bellìsima. Tiene momentos de enorme emotividad sobre todo en el segundo movimiento, con moto, y en el cuarto, un Rondó Allegro Moderato.
Con toda razón Murakami la define como una "larga Sonata celestial".
Haber redescubierto esta Sonata es una de las muchas cosas que le debo a Murakami pero, por increible que parezca, nunca había oido hablar de él. Lo descubrí hace poco por casualidad un día que que entré a la Librería de la Universidad y ví Kafka en la Orilla en uno de los mostradores con novedades.
Pensé que se trataba de una biografía de Franz Kafka. Luego me dí cuenta que era una novela de un escritor japonés al que no conocía.
No suelo comprar libros de autores desconocidos ni mucho menos tratándose de libros con muchas páginas.
Lo dejé y seguí viendo otros libros, pero regresaba una y otra vez , lo hojeaba y volvía a hojear hasta que finalmente lo compré.
Al llegar a casa ya estaba arrepentido. Haber comprado un libro de un autor desconocido, extenso y además bastante caro se me hizo la peor tontería, así que lo dejé en el buró de los pendientes por un largo tiempo. No me decidía a leerlo hasta que por fin le llegó su turno.
Todavía estuve a punto de dejarlo, ya que sus primeras páginas me parecieron sosas e insustanciales.
Pero a partir de la página 15 me dí cuenta que estaba ante un gran escritor. Hubo momentos en que era tal mi alegrìa que cerraba el libro y reflexionaba sobre lo que acababa de leer.
Como siempre sucede después de leer a un buen escritor me apresuré a conseguir sus otros libros. Ya habrá ocasión de continuar hablando de Kafka en la Orilla y de sus otros libros.